Un árbol endémico de Medellín, casi que
residente exclusivo del Parque Bolívar, está a punto de perderse para siempre. De
la Calliandra medellinensis, clasificada como tal en los años 40-50 por la
pareja norteamericana Britton y Killip, sólo quedan seis ejemplares.
El árbol, un carbonero, apenas crece a los 1.470 metros sobre el nivel del mar y no se ha logrado reproducir hasta ahora. Ramiro Fonnegra Gómez, biólogo de la Universidad de Antioquia y doctor en Taxonomía Vegetal y Palinología, explicó que para colmo de males, parece que el polinizador natural también se extinguió, pues no se encuentra ninguno asociado al árbol. No se sabe cuál fue. La especie fue poco estudiada.
Otras especies de carboneros (en la región hay cuatro, contando el antioqueño que también está en peligro) reciben la visita de la abeja común, Apis mellifera, que los poliniza.
La Calliandra medellinensis es un árbol, a diferencia de muchos carboneros que son arbustos. Se distingue además de estos por una hoja más pequeña y una flor más despoblada tipo cono, mientras en los arbustos es más como una bola.
Hoy sólo quedan seis árboles, cinco de ellos en el Parque Bolívar y uno más en la plazoleta de Mon y Velarde. "Es un endemismo raro", precisó el investigador, director durante muchos años del Herbario de la Universidad de Antioquia.
Este árbol no salió de Medellín. Se le ha buscado de extremo a extremo del Aburrá y no se encuentra.
Los científicos han tratado de reproducirlo por estaca y por acodo, pero no ha sido posible. La única alternativa que queda es mediante tejidos, pero la técnica demanda una inversión superior a los 20 millones de pesos, suma con la que no se cuenta.
"Ahora que la ciudad será sede en abril del Congreso Nacional de Botánica, al que asistirán cerca de 1.000 personas de diversas regiones y países, podría pensarse en que alguna entidad aporte el dinero para tratar de salvar la especie".
Los ejemplares del Parque Bolívar están en mal estado. Varios son viejos, repletos de epífitas como el matapalos (una bromeliácea) que poco a poco lo asfixia. No han tenido mantenimiento y se nota que alguno pudo ser talado. El único que da vainas con frutos está situado hacia la bocacalle de Junín, pero los frutos son estériles y de nada sirven.
Del asunto pocos conocen. Tampoco hay mayores referentes. El árbol fue muy perseguido en el pasado por los campesinos, para obtener carbón. Y como adorno en pesebres y en la Semana Santa. Es lo que también amenaza al carbonero antioqueño(árbol), que crece de los 1.400 a los 1.700 metros. Lo que se pretende es llamar la atención de la Alcaldía y los entes ambientales. Si no se actúa pronto, Medellín perdería un árbol exclusivo que lleva su nombre en la denominación científica internacional.
El árbol, un carbonero, apenas crece a los 1.470 metros sobre el nivel del mar y no se ha logrado reproducir hasta ahora. Ramiro Fonnegra Gómez, biólogo de la Universidad de Antioquia y doctor en Taxonomía Vegetal y Palinología, explicó que para colmo de males, parece que el polinizador natural también se extinguió, pues no se encuentra ninguno asociado al árbol. No se sabe cuál fue. La especie fue poco estudiada.
Otras especies de carboneros (en la región hay cuatro, contando el antioqueño que también está en peligro) reciben la visita de la abeja común, Apis mellifera, que los poliniza.
La Calliandra medellinensis es un árbol, a diferencia de muchos carboneros que son arbustos. Se distingue además de estos por una hoja más pequeña y una flor más despoblada tipo cono, mientras en los arbustos es más como una bola.
Hoy sólo quedan seis árboles, cinco de ellos en el Parque Bolívar y uno más en la plazoleta de Mon y Velarde. "Es un endemismo raro", precisó el investigador, director durante muchos años del Herbario de la Universidad de Antioquia.
Este árbol no salió de Medellín. Se le ha buscado de extremo a extremo del Aburrá y no se encuentra.
Los científicos han tratado de reproducirlo por estaca y por acodo, pero no ha sido posible. La única alternativa que queda es mediante tejidos, pero la técnica demanda una inversión superior a los 20 millones de pesos, suma con la que no se cuenta.
"Ahora que la ciudad será sede en abril del Congreso Nacional de Botánica, al que asistirán cerca de 1.000 personas de diversas regiones y países, podría pensarse en que alguna entidad aporte el dinero para tratar de salvar la especie".
Los ejemplares del Parque Bolívar están en mal estado. Varios son viejos, repletos de epífitas como el matapalos (una bromeliácea) que poco a poco lo asfixia. No han tenido mantenimiento y se nota que alguno pudo ser talado. El único que da vainas con frutos está situado hacia la bocacalle de Junín, pero los frutos son estériles y de nada sirven.
Del asunto pocos conocen. Tampoco hay mayores referentes. El árbol fue muy perseguido en el pasado por los campesinos, para obtener carbón. Y como adorno en pesebres y en la Semana Santa. Es lo que también amenaza al carbonero antioqueño(árbol), que crece de los 1.400 a los 1.700 metros. Lo que se pretende es llamar la atención de la Alcaldía y los entes ambientales. Si no se actúa pronto, Medellín perdería un árbol exclusivo que lleva su nombre en la denominación científica internacional.
Detalle de la flor